El Centro de Torreón agoniza
pero no se moderniza.
“No por mucho madrugar amanece más temprano”. |
Salomón Atiyhe Estrada.
La juventud representa un importante potencial para Torreón, pero la mayoría de nuestros jóvenes prefieren emigrar, se sienten obligados por la necesidad a abandonar su ciudad. La emigración se les presenta como una esperanza de poder realizar sus anhelos en otro lado. Buscan ese sueño increíble prometido cuando se firmó el pacto de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, conocer el mundo, aprender idiomas, estudiar otras costumbres, convivir con extranjeros; propio de un mundo globalizado y el liberalismo económico, pertenecer a esa civilización moderna de Occidente que se basa en el entretenimiento, en la cultura de la alegría consumista, de eternas vacaciones, de turismo, del ocio, del tiempo libre, de las compras sin fin, ese mundo que la televisión nos vende todos los días pero imposible de alcanzar en nuestra ciudad.
A Torreón no han llegado los beneficios del liberalismo económico ni de la globalización desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio, pálidos reflejos resultaron unas cuantas maquilas que se instalaron en La Laguna, analizar este tema produce vértigo de tan contrastante retrospección. Nuestro Centro ya no irradia la energía y vitalidad de antes con todos sus comercios abiertos visitados por clientes con capacidad de compra; hoy, el Centro Histórico parece un museo al aire libre donde se exhiben los pedazos rotos que no logran conformar una pieza única con el Teatro Nazas y el Museo Arocena con su cartelera de exposiciones y conciertos deslumbrantes del mes.
Una manzana si y la otra también de estos edificios rodeados de comercios cerrados, en renta o en venta, semiabandonados como el mastodóntico local que ocupó ‘Chácharas y Juguetes’, hoy epicentro de la soledad en la Morelos y Rodríguez donde los transeúntes pasan como turistas apresurados, donde la primera impresión es sorprenderse de los pocos comercios que aún permanecen abiertos y que son una verdadera escuela de estoicismo. La avenida Morelos está convertida en un segmento olvidado, desgraciado y de gran escasez. Lo paradójico es que la Morelos, avenida de las palmas, era emblemática de la pujanza y elegancia de los laguneros, por lo mismo nos provoca un lazo emocional a los de mi generación madura y nos afecta verla morir en el abandono.
¿Cuáles son las causas de esta situación extrema? El desempleo asoma la nariz para responder y la falta de inversión levanta la mano para señalar a los gobiernos estatales y municipales que no le han dado la importancia debida a este sector de la ciudad con una planeación estratégica de las áreas comerciales, la fueron postergando, la ignoraron, Desarrollo Urbano ni cuenta se daba de esta situación de abandono de la Morelos, amontonaron los tabaretes de los vendedores ambulantes en dos arterias importantes cerrando el paso en un plan arcaico y sin sentido, concentraron, centralizaron, dividieron el centro en dos sectores y la avenida Hidalgo se tragó a la Morelos.
La inseguridad es otra de las causas, pero ésta afecta a toda la ciudad, a todos los sectores comerciales con la aparición de actores distintos como las mafias y policías desleales, grupos que utilizan la violencia a su libre arbitrio para robar, asaltar, extorsionar, secuestrar, amenazar… y de nada sirve los piquetes de soldados tradicionales estructurados para otros fines y no tienen capacidad de respuesta, son muy lentos y muy burocráticos. Por otro lado, el Estado ha perdido el monopolio del instrumento de la violencia, rompiendo con una de las definiciones tradicionales de la naturaleza de todo Estado.
Nuestros artistas locales se suman y unifican esfuerzos para devolverle el color y calor de vida a la avenida de las palmeras con su Programa “MORELEANDO”, aspiran a un ambiente cosmopolita con la respuesta de un público entusiasta en este mundo descentralizado y posmodernista con todo su conjunto de conflictos, y para que su participación no sea una lucha sin victoria se requiere toda una restructuración del Centro Histórico, la participación de los dueños de los edificios comerciales y de vivienda agrupados en la Cámara de la Propiedad Urbana que dirige el eternizado Omar Gutiérrez de Anda que sólo esperan las aportaciones del recurso de plaqueo que pagamos los ciudadanos para el Centro Histórico, unos 10 millones más otros 10 que el Municipio aportará, pero ellos no aportan nada.
Miguel Ángel Riquelme Solís afirma que “el Centro Histórico ya no está para experimentos” y está en lo cierto. “Atractividad” Y ESTRATEGIAS DE FACTIBILIDAD DE RESCATARLA propone Juan Ignacio Barragán, director de Urbis Internacional y realizador del Parque Fundidora y paseo Santa Lucía en Monterrey, Nuevo León. Al respecto, la presidencia municipal canalizará 7 millones de pesos del fondo Metropoli-tano para rehabilitar el Canal de La Perla e invertirán 80 millones en este año en el Centro Histórico.
Los ciudadanos solicitan que realicen un estudio integral y puedan reunir todas las informaciones parciales y manejarlas y no sólo un fragmento de la realidad, limitado a lo que sus ojos ven.
Por esa pintura de desola- ción que representa la avenida Morelos y sus calles adyacentes es que a nuestros jóvenes no les dan ganas de quedarse en su terruño que los vio nacer, ir de unos lugares que piensa que son peores hacia otros lugares que piensa que son mejores, la esperanza de los migran- tes. Pero este pensamiento también opera a nivel interno: ¿para qué ir a la Morelos si está vacía, si parece una zona de guerra? Si no se actúa de inmediato el proceso de abandono será irreversi- ble, es un cuadro complicado pero fácil de predecir.
De la Plaza de Armas a la Alameda Zaragoza se pretende crear en la avenida Morelos un eje peatonal; primero el cableado eléctrico será subterráneo, se repara- rá la red de agua, mejorará la señalética y el alumbrado público… pero… sí, aún hay muchos peros, como atraer inversionistas de marcas ancla tipo VIPS, por ejemplo, dependencias públicas, una delegación policiaca de planta, diseñar una vida nocturna con establecimien- tos apropiados y claves.
Si no se trabaja primero en un proyecto de inversio- nes comerciales y de vivien- das, toda la cantidad que apliquen en el proyecto que presenta Rodolfo Romo Vidaña con un costo de dos millones de pesos, será una mala inversión a la larga.
Miguel Riquelme Solís, dice sobre el rescate del Centro Histórico: ‘YO TAMBIÉN LLEVO PRISA EN ÉSTO’.
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